Existiendo entre millones de personas logramos coincidir, coincidimos a pesar de las miles de millones de posibilidades, coincidimos cuando no buscábamos coincidir, coincidimos en nuestra forma de ver y en nuestra forma de sentir, coincidimos incluso en lo que tanto tiempo estuvimos buscando.
¿Cómo podría llamar a esto casualidad? No, debe de existir alguien más grande que yo, alguien que me conoce tan bien como te conoce a ti como para saber con exactitud lo que anhelábamos, el sueño casi utópico de encontrar un corazón que supiera querer como tú y como yo.
¿Quién será ese alguien, que además de saberlo todo de nosotros también tuvo el poder de colocarnos en el mismo curso del tiempo y el espacio para tan solo dejar que al vernos sucediera?
Incluso justo cuando ambos estábamos por perder la esperanza Él te escuchó y me escuchó cuando nuestros corazones gritaban que apareciera esa persona con la misma forma de querer, con la misma intensidad y con la misma fuerza, querer de verdad, querer bonito, querer sin dudar.
Cuántas noches hablamos de esta bendita coincidencia y aunque nos daba miedo seguir descubriendo si éramos realmente el uno para el otro seguimos avanzando porque la esperanza de que fuera real siempre fue más fuerte que el miedo.
Mientras más te conozco más veces confirmo que eres tú la persona que buscaba todo este tiempo, por eso quiero viajar contigo en este viaje tan complicado al que llamamos vida y quiero viajar hacia ese destino que creíamos que no existía, ese destino al que juntos llamamos “Querernos bonito ❤️”